Blog de Ignacio Simal: opiniones falibles, propias y ajenas, abiertas a la conversación no dogmática.

20 junio, 2010

Sobre los justos no cristianos

por Ignacio Simal

Existen personas que dedican su vida al servicio de las causas justas y de las mayorías que sufren el expolio de sus existencias. Algunas de ellas son personas religiosas,  otras agnósticas, en otros casos ateas. Todas ellas unidas por un objetivo común, dar una solución a este modelo de sociedad segregador e injusto.

Hace un par de días nos entristeció la noticia del fallecimiento de José Saramago. De todos es conocido que no era creyente, y también sabemos que puso su pluma y su persona a trabajar para favorecer el alumbramiento de un mundo mejor. Una vez conocida la noticia, un buen amigo de allende los mares, y al pie de una foto en la que aparecía con Saramago, se preguntaba “¿Lo volveré a ver algún día?”. Y esa es la pregunta que aflige a todo creyente de corazón sensible cuando muere alguien al que considera una persona buena. Una pregunta que nos lanza al meollo de la escatología, especialmente de la escatología cristiana, en relación con la resurrección y el destino de los que no han creído a la manera cristiana o se han declarado explícitamente increyentes.

Para responder a la pregunta que mi buen amigo se hacía, y nos hace, siempre viene en mi auxilio un texto del Evangelio según Mateo. Un texto de tono apocalíptico que nos narra la venida del Hijo del Hombre (Mt. 25:31-46). El evangelista nos cuenta que una vez que el Hijo del Hombre regrese, reunirá ante sí a todas las naciones y las juzgará. También nos advierte que el criterio que utilizará en su juicio será el trato dado a los sufrientes de la historia. No preguntará acerca de creencias, sino acerca de comportamientos ético - sociales. No deja de ser curioso, como muchos exegetas han subrayado, que los que son acogidos al nuevo mundo (reino), no caigan en la cuenta de la trascendencia de sus opciones. Ni siquiera han sido motivados por una creencia religiosa como la que recoge el texto evangélico y que hoy es tema de algunas predicaciones exhortatorias. En ningún momento vieron a Jesús en los desfavorecidos y empobrecidos, simplemente vieron personas en una situación injusta y por lo tanto indeseable. Actuaron desde lo mejor del corazón humano, sin esperar nada a cambio. Dicho en argot cristiano, no obraron para ganarse el cielo. Es gratuidad en estado puro. Por ello el Hijo del Hombre mateano  les llamará “benditos de mi Padre” y el creador del evangelio les calificará de “justos”: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo… Entonces los justos le responderán…” (Mt. 25:34,37). ¡Genial perícopa!

¿Volveremos a ver a Saramago y a miles de personas que, como él, han puesto sus talentos al servicio de la justicia? Y mi respuesta, desde mi entendimiento de la esperanza cristiana, es afirmativa. Sí, les volveremos a ver. Ellos son los justos, los benditos del Padre de Jesús, que tendrán la recompensa de participar, por fin, en el mundo nuevo por el que lucharon y trabajaron sin esperar nada a cambio y que, según la esperanza cristiana, traerá Jesús.

El Dios que nos manifestó el Cristo, frente al dios de muchas religiosidades fundamentalistas,  no es una deidad sectaria. La nueva sociedad que, según la creencia  cristiana, Jesús traerá, será una sociedad inclusiva. Y ello tiene graves consecuencias para nuestras eclesiologías. Pero eso  sería ya otro tema.

9 comentarios:

  1. Ignacio, !qué bien dicho! Texto exquisito de fina factura teológica. Ahora, entonces, me surge otra pregunta quizá menos difícil de resolver: ¿volveremos a ver a tantos líderes religiosos despreocupados de lo que le preocupaba al bonachón de Saramago? ¿Quién nos verá a nosotros? y ¿dónde nos verán? Acojamonos a la gracia de Dios en este domingo de gracia.

    ResponderEliminar
  2. Excelente análisis, una muy buena respuesta a una buena pregunta. La comparto... y republicaré el artículo en mi blog... Gracias.

    ResponderEliminar
  3. Después de leer tanta basura sobre él que,en mi opinión, fue un espejo de coherencia, lucidez y humanidad durante toda su vida, es una alegría leer cosas así, dichas con tanto respeto.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  4. Harold, gracias por tus palabras. La verdad es que todos debemos acogernos a la gracia de Dios en tiempos como los que estamos viviendo. Muchos en aquel día, como dice el evangelio, dirán Señor, Señor y Él no les reconocerá.

    Luis, un privlegio que compartas el artículo en tu blog.

    Almalaire, opino como tú en relación con Saramago. Gracias por tus palabras. Espero que sigas opinando por aquí.

    Un abrazo a los tres, Ignacio

    ResponderEliminar
  5. También Mateo 7: 21 nos recuerda que no por mucho nombrar a Dios (¿en vano?) tenemos asegurado un puesto en el Reino; sin duda, los que cumplen su voluntad y practican su justicia llevan la delantera.

    ResponderEliminar
  6. Resulta curioso que las instancias eclesiales que -con sus enseñanzas sobre un dios capaz de estar eternamente enojado- más han contribuido a modelar la imagen del dios-sediento-de-sangre de 'El evangelio según Jesucristo' de Saramago, más próximo a un Molok que al Abbá de Jesús, sean las que vengan ahora rasgándose sus fariseas vestiduras y pierdan la oportunidad de mostrar algo de sana compasión ante el tránsito de un ser humano.

    ResponderEliminar
  7. Ignacio,aunque debe ser normal, me sorprende como cambia el pensamiento a lo largo de la vida.En mi concepto, en el caso tuyo,(lo digo con cariño y sin el menor ánimo de molestar) el cámbio -con las salvedades correspodientes- es comparable al que sufrió Peret en sentido inverso.Yo,que (aunque te cueste creerlo)internalicé en mi mente lo que tú enseñabas,radicalmente diferente de lo que hoy leo en los artículos de tu blog, soy ahora a mis 67 "years old", una victima confusa, que necesíta tratamiento urgente, si no quiero sucumbír arrastrándome hásta la incredulidad.
    Espero que pronto hablemos personalmente, antes de que sea demasiado tarde.
    Recíbe un abrazo de verdad, de uno que te ama, y procura comprenderte. Extensible el abrazo a tu familia.

    ResponderEliminar
  8. Para "anónimo":

    Por tus palabras, sé que me aprecias. Lamento no saber quién eres. No obstante me puedes escribir a simal.camps(AT)gmail.com Supongo que conocerás mi número de teléfono. Me gustaria, como a tí, que pudiéramos hablar.
    Gracias por tus palabras y tus saludos.
    Un fuerte abrazo, Ignacio

    ResponderEliminar
  9. Hasta me emociona poder leer algo como lo que has escrito, es sólo la segunda o tercera reflexión que leo. Han pasado muchos años desde que dejé de ser una jovencita que escuchaba sin sentido crítico, quería hacer las cosas bien y para eso intentaba "obedecer" lo que las personas que subían al púlpito decían que había que hacer o no hacer. Todo empezó en una clase de ya sabes donde cuando el profesor, tu (para que voy a andarme con rodeos, je) dijo algo así como que lo que nos estaba enseñando era lo que él creía y no algo que teníamos que creer nosotros porque sí. A partir de ahí dediqué 6 años académicos al estudio de la teología, lectura de autores, conversaciones con personas con otras creencias, etc, que me llevaron a donde nunca imaginé que me llevaría, e inclusó a guardiar silencio sobre los cambios concretos en mis creencias, a no encontrar mi sitio. Y es en ese contexto en el que recibo estas "Opiniones falibles, propias y ajenas, abiertas a la conversación no dogmática", donde me encuentro a gusto.

    Un abrazo ignacio y gracias

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails